No soy nada fútbolera, es mas no me gusta naaaada la gente que se desvive y paraliza hasta una ciudad porque hay un partido de fútbol, pero a veces descubres esa emoción que solo sienten los que viven por los colores de sus equipos. En el pasado mundial me emocione como una niña y grite como la mas forofa que amaba España, me emocione con el beso de Iker a Sara, y me hice fan numero uno de Iniesta cuando marco el gol que nos hizo campeones. Desde entonces no he vuelto a pensar ni en partidos, ni en fuentes hasta ayer. No se bien como funciona esto de la Copa del Rey (solo se que éste no debe de estar para muchas copas con lo que le esta por venir a su queridito yerno) el caso es que al Real Madrid le tocó jugar con la S.D Ponferradina que es el equipo de mi pueblo, así que los blancos merenguitos se movilizaron hasta la ciudad. No fué ninguna sorpresa que ganaran, uno de los mejores equipos de España contra un equipo pequeño, pero según me han comentado no importo la derrota porque jugaron tan sumamente bien que los goles eran meras imposiciones para poder llamarlo partido. Y porque cuento yo antifutbolera de naturaleza todo esto? porque soy Berciana (de adopción) crecí en Ponferrada y lo siento tan mío como a mis padres y no es de extrañar que me emocionara e incluso se me escapara una lagrimita cuando vi movilizados a tantos compatriotas cantando la canción a la Virgen de la Encina, patrona de Ponferrada, con sus bufandas levantadas. Señores esto es una afición!