Si necesitas reggeton dale
Nunca queremos sufrir. Pensamos que somos especiales pero no realmente porque lo sepamos con total seguridad, es más por lo que dicen los demás, por lo que TE dicen los demás. Pero qué pasa en nuestras cabezas (en la mía) cuando quien quieres que piense de ti ese sentimiento común hacia quienes te importan mas bien una mierda y a pesar de todo te admiran no sucede? Que hacer entonces? Lamerse las heridas cual gatita en una esquina de tu habitación o continuar con la farsa que el Touch Eclat apoya superficialmente para seguir consiguendo que deslumbres a quienes te rodean. Cuánto es necesario para cegar en el momento exacto que queremos?
Por otro lado, decidme el numero de avisos necesarios para, con situaciones y palabras de unos y de otros, darte cuenta de que no estas en el camino, que la onda que tú llevas no acompaña, que el bosque no hace que veas el sol, que no lo atraviesas a lo loco de la mano y que simplemente vas con éstas en los bolsillos dándole patadas a una piedra (o varias) y si, con un poco de suerte, ves una llave le escupes y piensas “Joder otra mas anda y que te den”.
Y al final dónde esta el consuelo? En el reggeton? Pues nada vamos ponernos bien de rímel y el vestido mas ajustado que encontremos y arrojarnos al asfalto una vez más que siempre podemos quemarlo muy a lo loco.
LUCERAL
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