Relato: THE STRANGE LIBRARY

Madrid se derretía bajo un sol de justicia. En Malasaña reinaba el silencio propio de un sábado a las 12 del mediodía; hora intempestiva para los habitantes de los alrededores del metro Tribunal. Yo, parte activa de esa fauna, disfrutaba de un paseo entre las reminiscencias de la noche anterior, todavía esparcidas por las aceras. No hay nada como levantarse tarde un sábado y pasear por el barrio, desayunar en uno de sus pintorescos cafés y visitar rincones, conocidos o desconocidos de la ciudad. Me tomé un capuchino en la terraza del Ojalá y pensé en la playa; en que la echo de menos. Hacía mucho calor y yo solo podía imaginarme flotando en el agua fría o en crepitando sobre la arena con la cabeza bajo la sombrilla. Pagué y continué mi paseo. Saqué un par de fotos, me probé unas sandalias y de pronto, sin darme cuenta, me encontré a mi misma en la calle Hernán Cortés, frente a un escaparate repleto de monografías y libros de colores. La librería Panta Rhei es un sitio especial, con duende, de mis lugares favoritos de Madrid. Mi acalorado cuerpo había decidido moverse como un autómata, desconectado de mi cerebro, y había acabado resguardándose del calor dantesco en una butaca en el sótano de la librería. Allí, entre libros de ilustración y cuadernos de viajes, me senté a ojear mis recién adquiridos tesoros. Tres hallazgos que añadir a mi librería de Ikea. Fue fácil decidirme por la biografía ilustrada de Warhol, y más aún por The Strange Library, de Murakami encuadernado en rosa chicle. Cualquiera que en menos de diez minutos encuentra dos libros magníficos piensa: por hoy vale. Pero yo no. Yo tenía una corazonada, algo que me decía que faltaba un as para hacer el trío en este sábado de junio. Busqué y busqué durante largo rato: libros de moda, diseño gráfico, agendas de mil colores… Y ya cuando casi me dada por vencida, lo vi; en una estantería ya revisada, entre los álbumes de Helmut Newton y Cecil Beaton, ahí estaba, la biografía de Robert Mapplethorpe. Casi grité por fuera, lloré por dentro. Lo cogí al vuelo y me dirigí, triunfal, con mi selección hacia la caja. El resto del día lo pasé leyendo en la cama hasta que el calor empezó a remitir y las ganas de cerveza y charla se apoderaron de mí. Qué gran sábado.

 

biblioteca_luceral Robert Mapplethorpe, Autorretrato, 1975

 

Paula Tabuyo

1 Commentario

  1. I simply want to mention I am beginner to blogs and absolutely liked your web site. Likely I’m planning to bookmark your blog . You certainly have impressive well written articles. Kudos for sharing with us your web page.

    Reply

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Translate »